Los diputados son tan buenos, tan estupendos, que han decidido tener las mismas pensiones que lo demás. Es decir, las que les corresponden, que dado su sueldo, no están nada mal.

El presidente del Congreso, José Bono, transido, pero por la emoción, aseguró que iban a ser como los demás pero más transparentes que los demás.

Hombre, no está mal que se supriman las pensiones extraordinarias y el cómputo de la cuantía sea el habitual. Lo que no me ha gustado es el epílogo de que los diputados no deben trabajar en otra cosa. En mi opinión, es justamente lo que deben hacer. Que se ganen la vida fuera, en la calle -no, en eso no-, que es muy sano. Si pagas el salario mínimo, o al menos un salario modesto, la actitud de servicio al público mejoraría grandemente. O si no, se marcharían a casa.

Y no, para gobernar no se necesitan especialistas. Para eso tienen a los técnicos.

Eulogio López

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