Lo de Barack Obama con la tragedia siria empieza a resultar hasta divertido. Primero se hace el matón y Rusia, hoy convertida en referente moral, le recuerda que invadir siria es ilegal, porque la ONU –o sea, China y Rusia- no lo iban a aceptar.

Luego busca, al igual que su denostado George Bush, una alianza internacional -para invadir Irak, otra guerra que nunca debió hacerse- y le deja tirado hasta el Reino Unido, la vieja metrópoli hoy colonia de su ex colonia.
Luego su segundo, John Kerry, al igual que el segundo de Bush en su día, el inefable progre de derechas,  Colin Powell muestra "las pruebas", de que Al Asad, no los rebeldes controlados por Al Qaeda, han sido quienes  lanzaron los gases venenosos.

Las pruebas se parecen a aquellas grabaciones de conductores de camiones que, según Powell, demostraban que Sadam Hussein poseía armas de destrucción masiva. Ahora se trata de tres hombres sufrientes apoyados en una columna que reciben un auxilio en forma de botella de agua. Antes eran armas de destrucción masiva, ahora armas químicas. Es decir, ni unas ni otras demuestran nada.

Las pruebas terminantes de Obama parecen aún más tontas que las pruebas de George Bush. No sé si Asad ha utilizado armas químicas pero sí sé que las prueba de Kerry no prueban nada salvo la tendencia a mentir de la casta dirigente en Estados Unidos.

Tercera etapa en una  semana plagada de estupideces: Obama asegura que no quiere derrocar el Régimen de Damasco, sólo asustarle. Genial. Y para eso, con el apoyo de otro miembro del Nuevo Orden Mundial, asimismo progre de izquierdas François Hollande, pretende lo más fácil y cobarde de todo: un bombardeo anti-Asad. Bombardeo desde el aire que, naturalmente, acabará con la vida de prebostes del régimen, prebostes de la oposición y, sobre todo, de civiles.

Es como si dijera: "Hombre, dejadme al menos machacar algo, lo que sea y luego ya permitiré que prosiga la matanza interna". Es más, el paso atrás ha molestado tanto a los principados árabes del Golfo Pérsico, capitaneados por Arabia Saudí, es decir, por el islamismo más fanático del planeta, empeñado en que las armas norteamericanas machaquen a los herejes chiitas -en el caso sirio,  alauitas laicos-.

Y todo ello antes incluso de que sepamos cuáles son las conclusiones de los inspectores de Naciones Unidas sobre la matanza química. Espero que, al menos, sean conclusiones terminantes, pero me temo lo peor.

Lo más divertido es contemplar al viscoso turco Erdogan –el mismo que intenta violentar en Asia Menor, cuna de cristianaos, cualquier florecimiento católico- rectificar a Obama: él sí quiere derrocar a Al Asad y al boliviariano ególatra Nicolas Maduro apostar por Damasco porque así se lo dicta Teherán, sin saber qué está apoyando no por qué.

El Nuevo Orden Mundial (NOM) lo que la gente conoce políticamente como la izquierda progre mundial, tenía por ídolo al primer presidente negro de los Estados Unidos : abortista, chulesco, superficial, todo un progre. Buen peón del Nuevo Orden Mundial (NOM) que ha buscado con denuedo la actual crisis del financismo, que es lo que mejor controla.

Pero ahora Obama repite los errores de Bush y busca su guerra, y entonces Cayo Lara, pacifista, como buen comunista-   le exige que no bombardee Siria. Hay que reconocer que esta vez acierta. Eso sí, no sacará a la gente a la calle contra la guerra por dos razones: Rajoy no ha tomado partido como lo hizo Aznar y, segundo, se trata del demócrata Obama, no del republicano Bush. Y los progres son hombres que nunca desafían al tópico: los demócratas son ahora los buenos.

¿Qué puede hacer un cristiano ante el caso Siria Pues fiarse del criterio de la libertad religiosa. Los patriarcas de la zona defienden a Al Asad. Lógico, saben que la alternativa, la alternativa de Obama, es Al Qaeda, y que Al Asad permitía libertad de culto a los cristianos, aunque fuera, en efecto, un dictador. Precisamente por eso, este musulmán (hay muchos musulmanes aliados del NOM) se ha convertido en enemigo del NOM: porque el alauí creía en la libertad religiosa.

Y el NOM puede admitir en su seno a la izquierda y a la derecha, a liberales y a socialistas, a musulmanes, budistas, agnósticos y sincretistas.  A quienes no puede aceptar es a los cristianos. Y en escenarios de libertad religiosa, el cristianismo fluye. Si dejas actual al Espíritu Santo atente a las consecuencias.

Posdata: Israel se está equivocando con Siria. Los judíos deberían darse cuenta de que su problema es el mismo problema de los cristianos en Oriente Medio: se llama libertad religiosa. Y aunque Siria sea su enemigo no puede olvidar que ese enemigo defiende la libertad religiosa. Y el judaísmo, como el cristianismo, depende de eso: de la libertad de culto.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com