Sr. Director:
500 padres de más de 90 colegios catalanes han dicho no a la inmersión y se han unido para solicitar algo elemental: que en una comunidad autónoma bilingüe la educación sea bilingüe.

 

Es algo tan de sentido común que cae por su propio peso. Pero que nadie se haga ilusiones. Ya tenemos a los habituales salvapatrias de Cataluña y a los férreos guardianes de las esencias de la "nació" defendiendo la intocable e inamovible enseñanza únicamente en catalán.

En fin, es una lucha de la lógica y la razón frente a la cerrazón del nacionalismo y de la riqueza del bilingüismo frente a la imposición de un monolingüismo empobrecedor. Confiemos en que finalmente gane el sentido común.

Ana María Marco