Una investigación de la Universidad de Pennsylvania, exhibida en Lisboa en el "IV Congreso Internacional de Educación diferenciada" o «single sex» sobre los alumnos de Seúl (Corea del Sur, número uno en el último informe PISA), concluye que este modelo educativo, no sólo produce buenos resultados, sino que funciona mejor en los chavales que en las chicas. Ellas están con 3,1 puntos por encima de las jóvenes que asisten a centros mixtos en las pruebas de acceso a la universidad, pero los chicos obtienen 5,6 puntos con respecto a los estudiantes varones que asisten a clase en aulas en las que están juntos chicos y chicas.

¿Por qué los chicos sacan mejores notas que las chicas en este tipo de centros «Falta investigación, pero a determinadas edades, como la adolescencia, los chicos están más centrados en el estudio. Van al colegio a estudiar», añade Gloria Gratacós, directora de educación del Centro Universitario Villanueva. «Las chicas aprenden más basándose en el lenguaje, se sientan y absorben lo que les dices; los chicos antes de que acabes de explicar un experimento ven las cosas en imágenes, se involucran más, les gusta el movimiento».

Por otra parte, Cristina Hoff Sommers, conocida comunicadora norteamericana, es una valedora de la educación diferenciada por sexos, y basa sus testimonios en que "décadas de investigación en neurociencia, endocrinología, genética y psicología, sugieren que existen diferencias entre sexos en las aptitudes y preferencias, que son innatas y no creadas por la sociedad".

Entre las diferencias biológicas que hacen caer la balanza en la educación, está el hecho de que los chicos tienen mejor capacidad para el razonamiento espacial, mientras que las chicas tienen más capacidad verbal; el género masculino es más proclive a correr riesgos, y el femenino es más maduro; los chicos optan por la acción, la competencia y los objetos inanimados. Además, se dejan cautivar por fantasías bravuconas.

Sommers relata algunas medidas que van bien con los chavales y otras que son especialmente acomodadas para las chicas. En el caso del género masculino, es bueno que los críos se encuentren en un ambiente ordenado y que se haga énfasis en cómo se han de organizar; que se  sancione si no se ejecuta la labor requerida; menos fábula y más textos sobre temas concretos y clases divididas en grupos donde todo sea pugna.

Las chicas no precisan un control tan estricto. Trabajan bien en pequeños grupos, en clases despejadas y creativas.

Es bueno integrarlas pronto en actividades deportivas en equipo, y precisan de más atención en materias como las matemáticas o las ciencias. Las chicas tienden a desdeñar sus destrezas, y precisan aliento persistente.

Clemente Ferrer

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