Sr. Director:

Con respecto a la noticia aparecida estos días en los que la ONU insiste en que somos 7.000 millones de personas, querría hacer las siguientes consideraciones.

 

Primero, es muy dudoso que pueda tenerse un censo mundial cuando ni siquiera los países del llamado primer mundo tienen un censo real de su población.

Segundo, la noticia se da con un tinte dramático, como si el número debiera asustarnos, cuando la primera fuerza para el crecimiento de las naciones es su población.

Tercero, parece que la noticia impulsa a "tomar medidas" sobre el asunto. Y yo me pregunto, ¿más medidas? Desde los años 70 existe una obsesión sobre el control de la población mundial, sobre todo en los países más pobres, que ha traído la despoblación que hoy sufrimos y la imposibilidad del desarrollo de las naciones del tercer mundo y el sostenimiento del estado del bienestar del primero.

La ciencia multiplica los recursos, pero hacen falta manos para aplicar esa ciencia. Esas manos están faltando. ¿No sería el momento de cambiar el sentido de la alarma? Se necesitan más niños, no más políticas antinatalistas.

Ignacio García-Juliá