-Los únicos que pagan son las corporaciones vascas y Barcelona.
Aquí no se libra nadie. Salvo los navarros, los vascos y Barcelona capital, nadie paga a las empresas de limpieza que engloba Aselip la asociación sectorial de ámbito nacional que representa a las empresas de saneamiento urbano.
Si no fuera porque por ley están obligados, como los bomberos y los policías, a cumplir unos servicios mínimos, la basura le llegaría a los políticos -que han malgastado nuestro dinero alegremente- hasta las orejas. Madrid no apesta gracias a los esforzados empleados de limpieza a los que las empresas de Aselip, en palabras de su Presidente, Francisco Jardón, pagan como buenamente puede, pero el consistorio de la capital arrastra, como otras comunidades autónomas y ayuntamientos, 12 meses de morosidad: "En total tenemos 120.000 empleados fijos, pero no podemos contratar a más temporales. Nos enfrentamos a dificultades terribles. Estamos reduciendo las contrataciones temporales que realizábamos antes, y mucha gente se ha quedado sin oportunidades de trabajo. Los convenios este año se negociarán a la baja por culpa de los Ayuntamientos".
La escandalosa deuda se ha duplicado en sólo un año, y Francisco Jardón ve el futuro del sector muy negro si no se toman medidas inmediatas: "La única solución es que paguen. Muchas familias dependen de nosotros. Es una enorme irresponsabilidad por parte de los ayuntamientos dejar que la situación haya llegado hasta este punto".
Los sueldos de jardineros y basureros bajarán por culpa de muchos ayuntamientos de izquierdas y derechas que malgastaron el dinero en épocas de bonanza, y asumieron deudas en bienes y servicios mucho menos necesarios que la limpieza y el adecentamiento de sus calles o la retirada de basuras. Un buen tema para ser tratado por Cristóbal Montoro, que preside este miércoles la reunión de la Comisión Nacional de Administración Local. La reunión inicialmente prevista entre el ministro y el presidente de la FEMP ha quedado aplazada. Necesitarán de muchísimo tiempo para hablar sobre todas las deudas de los ayuntamientos.
Sara Olivo
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