Sr. Director:

La Comisión Europea vaticina que España no cumplirá el objetivo de déficit impuesto por Bruselas.

 

Los analistas daban por hecho que esto iba a suceder y el impacto de la noticia queda reducido ante la expectativa de un inminente cambio de Gobierno tras el 20 N. En otro contexto, España seguramente se vería sometida a una presión como la que ha forzado un cambio de Gobierno en Grecia y finalmente lo logarlo también en Italia.

En medio de esta situación se suceden todo tipo de rumores sobre la expulsión de algunos miembros del euro o lo del euro a dos velocidades. La canciller alemana desmiente que tal cosa esté en sus planes, pero lo que es evidente es que la crisis ha puesto todo el peso del gobierno de la Unión en manos de un pequeño directorio liderado por Merkel, y que ese directorio exige reformas inmediatas.

Son reformas comprensibles, que tratan de asegurar la viabilidad del euro frente a Gobiernos irresponsables cuyas políticas amenazan a los demás socios. Sin embargo, la actual gestión de la crisis amenaza con provocar una desafección generalizada hacia el proyecto europeo. Estos meses se han puesto al descubierto muchas carencias en Europa, y eso podría ofrecer una buena ocasión para repensar la Unión, que debe ser mucho más que una moneda.

Por la vía actual existe el riesgo de salvar a corto plazo el euro, pero a costa de aniquilar el sueño europeo. La solución de esta crisis puede tirar por tierra los sueños de unos Estados Unidos de Europa.

Jaume Catalán Díaz