Me lo decía Guillermo de la Dehesa, el ex exsecretario de Estado de Economía con Felipe González, hacedor de la reforma bursátil española y hoy consejero del Santander: "Salir del euro sería un desastre para España y para Alemania. Todos perderíamos".

 

Mucho me temo que hoy seguirá pensando lo mismo, a pesar de que el euro ha obligado al Gobierno español al ajuste más duro que recuerdan los tiempos sin darnos a cambio sino unos créditos blancos para salvar bancos que nadie -bueno, el propio Gobierno ha pedido salvar. Ese euro que nos asfixia con un bono al 7% pero que no está dispuesto a comprar bonos españoles en el mercado secundario-.
Entonces, ¿para qué queremos Europa? ¿Para que Alemania pueda financiarse a nuestra costa?

Al tiempo, el otro problema de España es un Estado gigantesco. Es curioso que las comunidades autónomas se nieguen a reducir gasto cuando lo cierto es que muchas de ellas no deberían reducir gastos sino sencillamente desaparecer. No hay que reducir prestaciones. Es que sobra de todo: sobra el senado, sobran parlamentos regionales, sobran defensores del pueblo, sobran estructuras jurídicas regionales. No hay que reducir el gasto, hay que reducir el número de políticos y organizaciones paraestatales.

Pero no se han dado cuenta. Y eso que Internet se lo recuerda de continuo.

Eulogio López