• "La TV española y El País hablan frecuentemente de la guerra civil de Siria, apoyando descaradamente a la oposición; pero todos han callado que en la aldea cristiana de Ghassanieh toda la población tuvo que huir a Lattakia, sin recursos", afirma el último misionero español en Siria.
  • Y pide a Europa que no mande armas a los salafistas: "Nos sentimos abandonados, sobre todo por algunos países a los que se les llena la boca hablando de derechos humanos, pero que luego no hacen nada".
  • Nalim Noujam (superior franciscano): "Al apoyar a los rebeldes sirios, Occidente ayuda a asesinar a los cristianos". Dos niños cristianos víctimas de los bombardeos en Aleppo.
La situación de los cristianos en Siria es muy complicada. Lo saben ellos, que están allí. A la guerra en sí se suman los ataques de los yihadistas por el hecho de ser cristianos. Recogemos aquí testimonios de algunos. Por ejemplo, el de el P. Halim Noujaim, superior de los franciscanos en Siria y el Líbano, que tras el incremento de las acciones violentas por parte de los opositores al régimen sirio ha condenado abiertamente el apoyo que reciben los extremistas: «Quisiera que todo el mundo sepa que al apoyar a los rebeldes sirios, Occidente apoya a los extremistas religiosos y ayuda a asesinar a los cristianos», recogía Infocatólica.



No hay semana en la que no se informe de ataques contra los cristianos por parte de los extremistas islámicos que luchan para derrocar al régimen de Bassar al-Asad. Como excusa suelen utilizar acusaciones falsas de ofensas al Islam por parte de los fieles a Cristo. En ese contexto, el apoyo político y militar que Occidente (EE.UU y Europa) pueda prestar a los rebeldes, es visto por los cristianos de la región como una catástrofe que llevaría a la práctica desaparición del cristianismo en Siria.



Lo denuncia también Romualdo Fernández, arquéologo y misionero franciscano, natural de Zamora, el último misionero español en Siria. A finales de junio, escribía una carta -que recoge Religón en Libertad- lamentando el enfoque que se da en algunos medios occidentales de los sucesos sirios:



"Los europeos y americanos hablan con simpatía sobre los salafíes, y la TV española y el periódico El País hablan frecuentemente de la guerra civil de Siria, apoyando descaradamente a la oposición, si es que así se le puede llamar. Y hablan también con simpatía de los yihadistas ceutíes...".



"Pero todos han callado el hecho doloroso ocurrido en la aldea cristiana de Ghassanieh (Ingsik, a 9 km al oeste de Jisser Choghour), ocupada por la oposición hace ya casi medio año, y en esa ocupación casi toda la población tuvo que huir a Lattakia, sin recursos".



"Esta es la guerra de Siria que Occidente apoya sin comprender, y donde los cristianos desaparecerán. ¡Y lo peor es que nadie juzga tantas injusticias!".



Tiene 76 años y es el responsable de la Custodia Franciscana en Damasco desde 1992, en el santuario que recuerda la conversión de San Pablo en esta ciudad. "No tengo miedo, pero está claro que corremos un grave peligro como ya ocurriera en Irak", aseguraba mientras recuerda que "en estos momentos hay dos sacerdotes y dos obispos secuestrados al norte del país y nadie ha hecho nada por ellos. Seguro que si se tratara de un periodista hubiera habido más movimiento en la diplomacia internacional. Nos sentimos abandonados, sobre todo por algunos países a los que se les llena la boca hablando de derechos humanos, pero que luego no hacen nada".



Su discurso es directo y en sus reflexiones sobre la situación siempre aparece constantemente el nombre de Turquía, "un país que tiene la llave de todo, pero al que nadie le pide cuentas por su comportamiento en este conflicto".



Mientras, la población civil de Aleppo (Siria) paga el precio más alto de los enfrentamientos que inflaman la ciudad. En los últimos tres días, más de 150 golpes de mortero han golpeado las zonas residenciales provocando la muerte de 15 personas y hiriendo más de 75. Fuentes locales de Fides informan que una bomba cayó en una tienda de venta de pan en el barrio de Sulaimaniyeh. Entre las personas que estaban en la fila para comprar pan, se han producido un muerto y ocho heridos, entre ellos dos niños.



Como explica a la Agencia Fides la comunidad cristiana local, entre las víctimas de los atentados de los últimos días hay dos niños cristianos. Uno de ellos ha muerto, su nombre era Georgio Rabbat, de 13 años, el único hijo de una familia católica siria. Era un chico brillante, le gustaba estudiar y soñaba con obtener la puntuación más alta en los exámenes para entrar en la universidad. Estaba jugando en la calle con otros niños en el barrio donde vive la comunidad siria, cuando un proyectil de mortero explotó cerca golpeándole.



Otra chica, Pamela Dekermanji, de cuatro años y de una familia cristiana sirio-ortodoxa, fue alcanzada por la metralla en la cabeza y su estado es crítico.



En Aleppo desde hace unos diez días no hay verdura, ni fruta, ni carne, hasta el pan escasea. La población come arroz y cereales. La razón es el embargo impuesto por los rebeldes que estrangula la ciudad y que tiene un fuerte impacto en la población civil. Según fuentes de Fides, si el bloqueo continúa, "se acerca una crisis humanitaria". Los civiles son también víctimas "colaterales" del fuego cruzado que afecta a las áreas residenciales.



José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com