Baltasar Garzón no estuvo en Fukushima cuando lo del tsunami -y esto es muy extraño- pero sí estaba en la Asamblea Nacional Argentina, escuchando el discurso de apertura del periodo parlamentario por parte de la presidenta Cristina Fernández, estadista muy sensible y poco dramática.

Garzón estaba flanqueado por una líder de 'las abuelas de la plaza de mayo' y por Hebe de Bonafini, la señora que defecó en el altar de la Catedral de Buenos Aires, madre de terroristas y defensora de etarras, supuestamente aquellos a los que perseguía Garzón. Todo ello demuestra la finura espiritual de doña Hebe. Baltasar: dime con quién andas y te diré quién eres.

Doña Cristina asegura que el pobre Garzón ha sido condenado por investigar los crímenes del Franquismo. Yo creo que esta señora está muy mal informada. Verá doña Cristina: aquí hubo una república, una guerra y un régimen autoritario llamado franquismo. En los primeros y tercero, había dos autoridades, que juzgaron en tribunales a los presuntos delincuentes. En el periodo intermedio, Guerra Civil, la situación de anarquía provocó muchos desmanes, pero los asesinatos no jugados fueron mucho más numerosos entre los republicanos democráticos que entre los militares rebeldes.

Y miren por dónde, al señor Garzón nunca le ha preocupado investigar los crímenes de la República, especialmente los crímenes por odio a la fe, perpetrados por anarquistas comunistas y socialistas... con el apoyo, sí, de parte del Régimen republicano.

¿Quiero con esto decir que la República practicó el terrorismo de Estado? Sí señor, quiero decir eso. Sólo que los españoles nos habíamos olvidado de ello, habíamos aprendido a perdonar y olvidar. Todos salvo Baltasar Garzón. Su admirado juez -o ex juez- doña Cristina, actúa como el Rey Baltasar pero su egolatría nos cuesta mucho a los españoles.

Eulogio López

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