• Los radicales de Máximo Kirchner obtienen una nueva victoria en Neuquén, que también paraliza concesiones de Repsol.
  • Y mientras, la demagogia se dispara en Canarias.
  • Coalición Canaria, nacionalismo moderado –e interesado- explota las más vulgares soflamas del nacionalismo radical canario.
  • El virus nacionalista se dispara en las islas frente a los colonizadores godos y los verdes isleños piden sabotear las inversiones de la petrolera en Fuerteventura.
  • Vergonzoso apoyo de RTVE a los ultra-guanches.

Increíble, pero cierto. La televisión pública RTVE, aún controlada por Rubalcaba, colaboró de buen grado con un montaje del presidente canario, Paulino Rivero, quien convocó en su despacho a un árbitro imparcial: la asociación ecologista Greenpeace. Las cámaras de la televisión pública hicieron un montaje que combinaba las declaraciones de Rivero -quien un día antes había hablado del colonialismo español-, las del líder de Greenpeace, quien dictaminó que las prospecciones de Repsol en la costa canaria resultaban absolutamente obsoletas y que el culpable era el Gobierno Rajoy, un discurso a favor del periodista narrador sobre las energías renovables que iban a resultar baratísimas en el futuro.

En en el entretanto, RTVE publicaba idílicas imágenes de las playas de Lanzarote y Fuerteventura. Por supuesto, nadie salió defendiendo la postura opuesta, ni por parte del Gobierno no por parte de la compañía.

Paulino Rivero hace suyas las reivindicaciones de los ultra-guanches, esto es, del nacionalismo canario más radical, coyunda del socialismo marxista y de del ecologismo más radical. La demagogia se ha disparado en Canarias y con ella el odio a los godos imperialistas. Grupos de radicales verdes –e independentistas, que en las islas va muy unido- piden boicotear las prospecciones de Repsol (por cierto, tienen una refinería de CEPSA, de la que nadie habla) y expulsar a los colonizadores godos. Todo ello mientras Rivero y Coalición Canaria miran hacia otro lado.

Esto ocurre en Canarias, pero el presidente de Repsol, Antonio Brufau (en la imagen), tiene otro problema al otro lado del Atlántico, en Argentina, Durante la mañana del martes 20 se conocía en España que la provincia de Neuquén –ahora mismo, la más importante región petrolera argentina- se suma al boicot teledirigido desde la Casa Rosada por el hijo de la presidenta, Máximo Kirchner, contra Repsol. Por pura casualidad, otra provincia, Neuquén, retiraba concesiones a Repsol de forma unilateral. Hasta la misma prensa argentina se revuelve contra la demagogia de un personaje atrabiliario como es la presidenta Cristina Fernández y otro personaje peligroso, como es su hijo Máximo Kirchner: "Cristina Kirchner carece de política y de brújula". Es lo que dice Joaquín Morales Solá, uno de los analistas políticos más respetados de Argentina, en el diario La Nación. Es lo mismo: las tendencias suicidas de Máximo Kirchner no atienden a razones.

En Madrid, las empresas españolas presentes en la Argentina alcanzaban un consenso: no invertir ni un euro más en Argentina mientras no se aclare la situación, Porque hoy es Repsol, pero mañana puede ser el Santander, el BBVA, Gas Natural, Telefónica, etc.

Conclusión: no invertir en Argentina mientras imperen los ultras de La Cámpora-. No por solidaridad con Repsol, sino por la cuenta que les trae.

Miriam Prat
miriam@hispanidad.com