• Y encima los barones regionales se rebelan: el castellano Juan Vicente Herrera llama embustero a Montoro.
  • Hartazgo en el PP con la complacencia de Rajoy y Montoro hacia Artur Mas.
  • Y Cospedal le recuerda al presidente que Zapatero perdió las autonómicas y locales antes que las Generales.
  • Pero Rajoy ya sólo exige lealtad absoluta.
  • Y confía en Arriola (¡Qué cosas!) quien insiste en que la burbuja Podemos se va a desinflar.

Mariano Rajoy (en la imagen junto a Sáenz de Santamaría) está ligeramente nervioso. Vamos, que no se aclara ni él. Las encuestas auguran que perderá las próximas elecciones y el Caso Bárcenas planea sobre su carrera política y se ha convertido en una obsesión para él.

De ahí sus bandazos. Cinco meses atrás los antisorayos le convencieron de que la vicepresidenta pretendía ocupar su puesto y la puso en el disparadero hacia la Alcaldía de Madrid. Hace un mes cambió de opinión: necesitaba a su número dos, como el complemento técnico ideal y para llevarle el día a día. Incluso llegó a bendecir -a la gallega, con alabanza calculada- la candidatura de Esperanza Aguirre al Ayuntamiento -probablemente mejor candidata para el ayuntamiento capitalino que Soraya- pero ahora ha vuelto a cambiar de opinión. ¿Hasta cuándo No tengo ni idea, pero ahora mismo la idea es la de Soraya alejada de Moncloa. Los próximos a Rajoy empiezan a sospechar que algo le pasa al cerebro del presidente. No creer en nada ni en nadie con mayoría absoluta es una cosa. Dar bandazos cuando el barco tiene vías de agua es otra.

El presidente exige fidelidad canina y sabe que su número dos nunca dejará de aspirar a ser la primera mujer presidenta de la historia de España. Esto es, de vuelta a la casilla de salida. Ahora Soraya tendrá que repetir aquello de "yo, lo que diga el partido", aunque maldita la gracia que le hace.

Al tiempo, los barones regionales se rebelan. El presidente de Castilla-León, Juan Vicente Herrera, ha llamado embustero del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, empeñado en tratar bien a las comunidades derrochonas y maltratar a las austeras. Por ejemplo, a Madrid. Nunca se había visto una arremetida así de directa en toda la legislatura. Y no sólo es Herrera quien está harto del posibilismo y la cobardía de Rajoy al hacer frente a los retos.

Y la misma Dolores de Cospedal, secretaria general del PP y presidenta  de Castilla-La Mancha- le ha recordado a Rajoy como cayó el PSOE del Zapaterismo: primero perdió la antesala de las elecciones locales y autonómicas y luego perdió las Generales.

Pero tranquilos, el gran Pedro Arriola insiste en que la burbuja Podemos se desinflará antes de las Generales. Y si lo dice Arriola...

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com