• Una Europa a la deriva. Hablan de cifras, no de ideas.
  • Para entendernos: Europa no ha asegurado los depósitos bancarios.
  • El Ecofin ha indicado un camino, pero Merkel no está dispuesta a ratificarlo.
  • Con ello, se anula su aplicación real, porque Europa funciona por influencias.
  • Por otra parte, si Berlín pone pegas en la unión bancaria, de la unión monetaria mejor no hablar.

Pleno extraordinario en el Congreso para exponer los avances de la pasada cumbre europea, a la que el presidente del Gobierno acudía con un respaldo inédito del resto de formaciones políticas.

"El año pasado a estas alturas de la unión bancaria ni se hablaba", ha afirmado Mariano Rajoy (en la imagen). Según él, hablar de un tema ya es un logro considerable. Pero la realidad es bien distinta. Estamos ante una Europa a la deriva, que no tiene remedio. Habla de cifras pero no de ideas, por ejemplo, los 6.000 millones de euros que la UE destinará al empleo juvenil en 2014 y 2015, de los que casi 2.000 millones corresponderán a España.

Más importante: Europa no ha avanzado en la unión bancaria. No hay acuerdo para asegurar los depósitos bancarios. Y no lo ha hecho porque Merkel no está dispuesta a apoyar una medida que, por ejemplo, implicará la creación de un Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) común. En plata: los bancos alemanes no quieren pagar los errores de los bancos españoles.

Con esta negativa se anula, en la práctica, la aplicación real de la unión bancaria. Europa funciona por influencias, sobre todo por la de algunos.

Y si Berlín pone pegas a la unión bancaria, imaginen si hablamos de la unión monetaria, la que permitiría, por ejemplo, que España se financiara al mismo precio que Alemania. Mejor ni hablamos.

No sin razón Rajoy ha reconocido este martes que el ritmo europeo para tomar decisiones es, a veces, "demasiado lento". Pero el problema no es ese. El problema es que no hay una voluntad real para tomar esas decisiones.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com