• El presidente del Gobierno está harto del vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de la Competencia.
  • En teoría, los comisarios son nombrados por Durao Barroso y ratificados por los parlamentos. En la práctica, son los gobiernos miembros quienes deciden.
  • Pero sin forzar los acontecimientos. Si algo no le conviene a Rajoy ahora es una crisis de Gobierno.
  • De esa operación prevista es de donde ha salido el nombre de Isidro Fainé como vicepresidente económico.
  • Sería el puente entre Madrid y Barcelona para arreglar el problema catalán, pero el presidente de Caixabanak no está por la labor.

Al ministro de Economía, Luis de Guindos (en la imagen), ya le quiso colocar su colega de Exteriores, García Margallo, como presidente del Eurogrupo.

Ahora es Rajoy quien, aprovechando la experiencia europea de su hombre de las finanzas, quiere sustituir al vicepresidente y comisario de Competencia, el socialista Joaquín Almunia, por su ministro De Guindos.

Sin forzar, ciertamente, porque nada podría resultar más nocivo para el presidente en estos momentos que una crisis de Gobierno.

Precisamente, de esta operación es de donde ha salido la especie de nombrar al presidente de Caixabank, Isidro Fainé, como vicepresidente económico. Una especie que lleva algún tiempo corriendo por Madrid. La verdad es que ni se le ha comunicado al interesado -no es el momento, aún- ni el interesado está interesado en el asunto. Es un nombre que se ha barajado en Moncloa para matar dos pájaros de un tiro: recuperar la Vicepresidencia Económica -su supresión fue un error del que Rajoy ya ha tenido tiempo de arrepentirse- y convertir a Fainé en el puente entre Madrid y Barcelona para arreglar el problema catalán. En el momento de la formación de Gobierno ya se pensó en el presidente de Abertis, Salvador Alemany, asesor de Artur Mas, para similar cometido.

Y ahora pasemos de las intenciones a la realidad: ¿Es posible cambiar a Almunia por Guindos En teoría, no. Los comisarios son elegidos por el presidente de la Comisión, su jefe de filas, señor Durao Barroso, y ratificados por el Parlamento Europeo. Ahora bien, en la práctica todo el mundo sabe que los comisarios se reparten según la cuota de poder de cada Gobierno y que, si Rajoy se empeña, y Merkel no se opone, Almunia salta.

Es verdad que el presidente del Gobierno no habla lindezas del comisario español, quien se cuida muy mucho de no informarle de nada. El español es cainita y Almunia es antes socialista que español, al menos a estos efectos. También en teoría, se supone que los comisarios son apátridas. Eso, se supone.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com