Lo ha dicho Benedicto XVI, un Papa al que se le entiende todo, también conceptos difíciles para el hombre moderno, que en cuanto le hablan de santidad piensa en una aureola sobre una cabeza calva y medieval.

La definición del Papa, relatada por Zenit, se aproxima a toda la doctrina de la infancia espiritual, que en el siglo XX alcanzó su cenit con santa Faustina Kowalska, la inventora de la Divina Misericordia.

Benedicto XVI está diciendo lo mismo que la santa polaca de Cracovia: el secreto de la vida es el abandono confiando en las manos de Dios.

Precisamente, Juan Pablo II murió el día de la Divina Misericordia (un domingo después de la Fiesta de Resurrección) y su beatificación tendrá lugar el próximo 1 de mayo, donde cae este año, precisamente, la Divina Misericordia.

Eulogio López

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