No están demasiado contentos, que se dice en el PSOE, con su flamante secretario general, Pedro Sánchez (en la imagen junto a Susana Díaz). Y es que el tiempo apremia (elecciones a la vista) y el faro ilumina poco. El otro día fue Rubalcaba, que rompió su largo silencio, en Facebook, para decir: "Escucho una y otra vez a dirigentes del PP pedirle al PSOE que precise su proyecto de reforma constitucional; que explique qué queremos decir cuando hablamos de introducir elementos federales en nuestra Carta Magna".

En otras palabras, que el bueno de Pedro no lo está haciendo y su partido tampoco. Ayer miércooles fue la presidenta andaluza, Susana Díaz, quien defendió exactamente lo contrario respecto a la querella contra Mas. Donde Sánchez ve "un error", la otra "una iniciativa que hay que respetar".

La última bofetada ha llegado hoy jueves de José Antonio Pérez Tapias, portavoz de Izquierda Socialista. No siente integrado en la única corriente constituida dentro del partido y ha presentado su dimisión. El diputado que disputó la Secretaría General a Sánchez y Madina, defiende una alianza con Podemos y asistió el domingo al acto de clausura de la asamblea ciudadano de la formación.

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