• La banca acreedora se inclina por la capitalización.
  • Con ayuda de fondos buitre y Senén Touza como gestor de futuro.
  • La negociación se hace a través de intermediarios, lo que está dificultando el acuerdo.
  • No gusta la oferta de Demetrio Carceller pero tampoco la de Centerbridge.
  • Y la Xunta de Galicia se abona a la capitalización.
  • Por cierto, el juez se ha cansado de tantas dilaciones y fecha el 28 de febrero como límite para que la banca presente su propuesta.

Los bancos acreedores de Pescanova (3.000 millones de euros) continúan reunidos a la hora de cerrar esta edición. Para ser exactos, continúan reunidos sus representantes, porque el futuro de la pesquera gallega parece el Parlamento: todos los representantes del pueblo, del pueblo acreedor, se entiende.

Así, la banca esta asesorada por el bufete Fresh Field y por KPMG, mientras PwC y Lazard representan a Pescanova, administrada judicialmente. Por el Grupo Damm y sus fondos aliados actúan el bufete Garrigues y el Citi, mientras a los fondos buitre (perdón Distress), capitaneados por Centerbridge, les representa Rothschild y Goméz Acebo. Más o menos como la ONU.

Como ya hemos explicado a la banca no le ha gustado el ultimátum del Grupo Damm, en principio máximo accionista pero bajo administración judicial. Desde luego, no aceptarán una quita del 90% ni tampoco del 80%. Eso sí, la banca ha prescindido de la opción de liquidar la empresa. Por tanto, la salida es doble: o se acepta un quita o se capitaliza la deuda y los postores se quedan fuera.

Esta es la idea que se abre camino entre las principales entidades acreedoras (NCG Banco, Caixabank, Popular y Sabadell), con ayuda de fondos de capital-riesgo. No buitres, que dieran un respiro a un equipo gestor en donde estaría Senén Touza, buen conocedor del sector, ahora en calidad de administrador de Pescanova.

Esta es la opción que más empieza a gustar, también a la Xunta de Galicia, porque sería la forma de que Pescanova no desapareciera y de que se anule la venta de la filial chilena, que hoy vale mucho menos que mañana.

El problema de la inercia bancaria a hacerse con el control de una sociedad y comprometerse con ella.

Por cierto, el Juzgado de lo Mercantil de Pontevedra ha dictado este miércoles un auto mediante el que se abre la fase de convenio de acreedores. Es decir, el juez se ha cansado de tantas dilaciones e insta a la banca para que presente su propuesta antes del 28 de febrero. El convenio tiene que estar firmado, con el apoyo de la mayoría, antes del 31 de marzo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com