• Y también a la banca. Al final, el único que falta por aceptar la propuesta es el propio Fernández de Sousa.
  • Pero su posición es cada vez más débil. La investigación sobre una gestión ya no se ciñe a un presunto problema de deuda, sino de posible desfalco.
  • Y los bancos amenazan con llevarle no a una refinanciación dura, sino a los tribunales.
  • KPMG busca los 1.000 millones de euros "extraviados".

El problema de Pescanova es que KPMG, el nuevo investigador, ya no busca mala gestión sino desfalco. Ya no se habla de una deuda escondida con ingeniería contable más o menos legal, sino de 1.000 millones de euros extraviados.

Y, en pocas pero graves palabras, resulta que los bancos acreedores podrían no conformarse con forzar una refinanciación más compleja sino que a lo mejor quieren llevar a Manuel Fernández de Sousa al banquillo de los acusados.

Pero en lo que todos coinciden es en relevarle de la Presidencia de Pescanova. Nadie se fía de él, aunque Sousa asegura controlar el 25% del accionariado y a todo el Consejo. No es cierto, al menos lo segundo. Sobre todo desde la noticia del viernes 22, la más importante: Demetrio Carceller (en la imagen), su gran adversario, en teoría un 6% de Pescanova, ha aceptado como sustituto de Sousa a Antonio Basagoiti, nombre que ya adelantara Hispanidad.

Precisamente, Basagoiti cerraba el jueves su cometido como presidente de Banesto, señera entidad con más de 100 años de historia que desaparece para ser deglutido por su comprador: el Santander. Más que comprador, quien recibió el regalo del Estado: un banco y dinero para reflotarlo y para más que reflotarlo.

Y como también hemos anticipado, Basagoiti es el único sustituto al que Sousa aceptaría. Ahora bien, ojo, ya no estamos hablando de contabilidad creativa. Y Sousa se juega mucho más.

Claro que otros se juegan más. Por ejemplo, las 10.000 familias gallegas que dependen de Pescanova.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com