Un grupo de amigos, que todos los veranos disfrutan juntos de unos días de vacaciones, deciden no romper esa costumbre a pesar de que uno de ellos acaba de sufrir un grave accidente de moto en Paris. Ya en la playa, empiezan a aflorar todo tipo de  sentimientos que pondrán a prueba su amistad.

Al igual que un clásico de este tipo: Los amigos de Peter, Pequeñas mentiras sin importancia cuenta con un reparto coral que interpreta con verosimilitud el papel asignado. Cada uno de esos amigos es un arquetipo: el triunfador, la dubitativa, el romántico, el ligón, etc…

Pequeñas mentiras sin importancia está planteada como una comedia agridulce, por ello cuenta con reflexiones  amargas que dejan claro que, en ocasiones, hay relaciones amistosas que sólo funcionan por interés, egoísmo o frivolidad. No obstante, por lo que algunos recordarán esta película es por los gags humorísticos donde brilla ese humor francés exagerado que últimamente arrasa. En ese apartado tiene un papel predominante, pero bastante increíble, una subtrama sobre  el  enamoramiento de un amigo de otro (ambos hombres) y la desconfianza lógica del que se siente objeto de deseo cuando ambos están juntos… Porque, si en algo coinciden la mayoría de estos amigos es por su mentalidad laxa a la hora de  afrontar como normal, encuentros y desencuentros sexuales…de carne o pescado, siempre justificados con la búsqueda de la felicidad…

Una curiosa anécdota: el éxito de esta película ha puesto de moda la región de Aquitania, la zona donde se rodó.

Para: Los que les gusten las comedias francesas aunque abusen de "laissez faire, laissez passer" moral