El presente montaje lleva tiempo corriendo por Internet pero no por ello deja de resultar interesante el repaso.

Considerando lo que está ocurriendo en el mundo islámico, la alianza más asombrosa de Occidente es la alianza que se está dando en Occidente entre el feminismo y el fanatismo islámico. Las mismas mujeres masacradas por los mahometanos cantan en Occidente las excelencias de las sociedades islámicas mientras arremeten contra el cristianismo que ha sido el liberador de la mujer. El caso de la periodista Lara Logan, en plena revolución del jazmín, tan alabada por los corresponsales y las corresponsales de la televisión mundial, siempre tan progres.

Otra paradoja del Islam es la lucha entre la Sharia y la MTV. Este incendio islámico nos ha cogido contra las cuerdas. Me recordaba un lector que Islam y democracia son incompatibles. Quiero pensar que no, pero me cuesta mucho negarle la razón. Uno se aferra a la esperanza pero tengo claro que si la salida de las tiranías musulmanas es la pornografía occidental entonces me deprimo. Y como no me gusta deprimirme prefiero no pensarlo.

En cualquier caso, Europa, como siempre, reacciona tarde y mal. Porque no se trata, al menos no sólo, de condenar la masacre en Libia sino de intentar esa casi imposible evolución del Islam hacia la democracia. Para ello hay que apostar decididamente por la oposición responsable y no ceder en la clave de la difícil transformación del mundo mahometano hacia la libertad, que es la libertad religiosa. No se trata de que a un fanático le suceda otro fanático ni de que a una sociedad que no respeta a la mujer se la sustituya por otra donde la mujer no se respeta a sí misma ni a los demás.

Eulogio López

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