• El marido de Asia Bibi -condenada a muerte por falsa blasfemia- explica que su esposa está abatida y no puede más.
  • El cristiano Sawan Masih, en el corredor de la muerte por blasfemia, reza y no pierde la esperanza. 
La persecución a los cristianos en Pakistán, utilizando la ley de blasfemia, no cesa. Conocemos el caso de Asia Bibi (en la imagen), la cristiana encarcelada en 2010 por supuesta blasfemia y cuya condena a muerte fue ratificada recientemente por un tribunal. En su caso, aunque queda la última esperanza del recurso de sus abogados a la Corte Suprema, ella empieza a dar síntomas de agotamiento.

De hecho, su marido Ashiq Masih, que pudo visitarla por primera vez desde la confirmación de la pena de muerte por el tribunal de Lahore, con dos de sus hijas, el pasado viernes, 31 de octubre, la encontró abatida. «Ella enjuaga sus lágrimas», confió tras su breve encuentro: unos treinta minutos y bajo estrecha supervisión, recoge Infocatólica.

La causa de la joven agita e indigna con razón en todo el mundo. Es sin duda la única esperanza de hacer entrar en razón a las autoridades pakistaníes, un país sumido en la violencia del fanatismo islámico. Sólo el jefe del Estado pakistaní puede conceder un indulto presidencial para arrancar a Asia Bibi de la horca.

Pero hay otra caso similar. El de Sawan Masih, cristiano condenado a muerte injustamente por blasfemia, que desde abril del 2014 está en el corredor de la muerte en la cárcel de Faisalabad.

Sawan Masih fue acusado de blasfemia en marzo de 2013. Después de su caso, más de 178 casas en el barrio cristiano de Joseph Colony en Lahore fueron quemadas por una turba musulmana. La primavera pasada llegó la sentencia de muerte por blasfemia, mientras que ningún musulmán ha sido castigado aún por la devastación. Pero Masih no pierde la esperanza de ser liberado y verse a salvo, informa Fides.

Sawan Masih ha reiterado su inocencia, ha dicho que se siente decepcionado por el curso que ha seguido hasta ahora la justicia y ha expresado preocupación por su mujer y sus hijos, según ha explicado el cristiano Joseph Francis, líder de la Ong CLAAS (Centre for Legal Aid Assistance & Settlement) que sigue y asiste casos de cristianos discriminados y perseguidos en Pakistán, y que ha visitado a Masih en la cárcel.

Masih pasa la mayor parte de su tiempo rezando: cada mañana reza por sus abogados y por todas las víctimas de la blasfemia. Según Francis, "Masih también recuerda a los jueces en su oración diaria, para que Dios aumente su coraje, y sean capaces de aplicar una verdadera justicia en sus decisiones". El hombre ha expresado plena confianza, "se hará justicia y él podrá abrazar a su familia".

"Estoy muy agradecido a los que están orando por mí y por mi familia y pido a todos que continúen orando por mí. Dios me conoce, sabe que soy inocente y me dará la libertad", ha dicho Masih.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com