El último: la violación de una niña cristiana de diez años por un comerciante musulmán de 60Pakistán sigue siendo fuente de noticias de persecución religiosa y brutal a los cristianos. La última que se ha sabido, según refiere AsiaNews, ocurrió a finales de agosto, cuando la niña Allah Rakhi, de diez años de edad, fue violada por un comerciante musulmán de 60 años, y abandonada inconsciente en el suelo. La pequeña pertenece a una familia cristiana muy pobre que sufre una vez más las injusticias por su condición minoritaria en el país.

Según el sacerdote Khalid Rashid Asi, vicario general de la diócesis de Faisalabad, "debido a la falta de justicia en Pakistán, los ricos y los poderosos pueden hacer actos similares con toda impunidad". Y añadió que si este terrible crimen hubiera ocurrido en contra de una niña musulmana, "probablemente habrían quemado todos los hogares cristianos en la zona". "La ley debe ser igual para todos", dijo el sacerdote, "y los culpables deben ser castigados".

Pero es que recientemente ha habido otros dos casos terribles en este país. El de la niña cristiana de doce años Rimsha Masih, con deficiencias psíquicas, acusada por un imán de quemar hojas del Corán, cuando luego se supo que las pruebas las había preparado él mismo (y que fue arrestado, afortunadamente); y el de Asia Bibi, una mujer católica pakistaní con cinco hijos condenada el día 8 de noviembre de 2010 a la horca por una corte del distrito de Nankana y que lleva ya dos años en la galería de la muerte.

En relación al caso de la niña Rimsha Masih, arrestada aún por la supuesta quema de páginas de un libro referido al Corán, la audiencia ha sido suspendida hasta el viernes 7 de septiembre debido a una huelga de los abogados del Punjab, y ante el permiso solicitado por una de las partes que debe ausentarse de la ciudad. Y en el caso de Asia Bibi, el veredicto de muerte debe aún ser confirmado por un tribunal superior.

En Pakistán hay un 96,2% de musulmanes frente al 2,2% de cristianos. La República Islámica de Pakistán presume de ser un país oficialmente laico cuya Constitución declara la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley "sin distinción de raza o credo". Pero no: la ley de blasfemia y la ordenanza hudood, según el informe de Libertad Religiosa en el Mundo 2010 de Ayuda a la Iglesia Necesitada, son dos terribles instrumentos judiciales que se encargan de que la supuesta libertad religiosa sea un ente abstracto en ese país.

Los cristianos tienen derecho a vivir su religión y estos delitos que atentan contra los derechos humanos deben ser castigados.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com