Sr. Director:
Esperemos que el acontecimiento que ha acabado con la muerte de Osama Bin Laden no sea ocasión para un crecimiento del odio, sino de la paz
.
Y es que a esta tarea (la de conseguir la paz) merece la pena dedicar la vida, porque como tantas veces ha denunciado el Papa Benedicto XVI el fundamentalismo es irracional y utiliza el nombre de Dios en vano, justificando la violencia, cuando en realidad la fe es razonada y razonable, y Dios es siempre amor y nada tiene que ver en ningún caso con la violencia.

Ahora mismo crece la preocupación entre las comunidades cristianas que viven en países de mayoría islámica ante la posibilidad de ser víctimas fáciles del odio ciego de los fanáticos. Es el momento de que las autoridades de esos países y la Comunidad Internacional, asuman su deber de proteger a estos inocentes frente a cualquier agresión.

Xus D Madrid