Decenas de muertos en poblaciones cristianas de Nigeria, otro cristiano asesinado en Egipto, los ataques contra iglesias en Irak

Cada día escuchamos con dolor la muerte de cristianos en países musulmanes y la única respuesta es el silencio de Occidente. Parece que nada está sucediendo.

El único Estado que se atreve a pedir una mayor protección a la minoría cristiana es el poderoso Vaticano. Pequeñas potencias como Estados Unidos o el Reino Unido callan ante los atropellos y qué decir del país que ideó la Alianza de las Civilizaciones: no se sabe nada, ha desaparecido en combate. El Papa Benedicto XVI calificó en el Ángelus del día 2 de enero  como vil gesto de muerte el grave atentado perpetrado la pasada Nochevieja contra una iglesia de Alejandría de Egipto, que causó una veintena de muertos. Y esas palabras no sentaron bien en Egipto, país que llamó a consulta a su embajadora ante la Santa Sede, al calificar de injerencia inaceptable en asuntos internos las palabras del Papa. No sé si serán injerencias, pero lo que está claro es en qué lado se encuentra el Gobierno egipcio y que pese a las palabras de dolor y pena del día posterior al atentado, en el fondo la presencia de cristianos en su país no es bien vista.

Y mientras tanto, los grandes países callan y solamente Sarkozy y Merkel se han atrevido a pedir más respeto a las minorías cristianas que existen en Egipto. Obama, Cameron o Zapatero, no dicen ni una palabra, quizás a la espera de que se sepa quién ha sido responsable de esos actos. Quizás hubo una provocación previa por parte de los cristianos y es que ya se sabe que eso de ir a misa en Nochebuena o declararse seguidor de quien murió en una cruz, es provocación suficiente como para hacer explotar una bomba o matar a machetazos a gente tan cabezota.

Es triste que la única voz que se oiga con fuerza sea la de la Iglesia; pero es que es la única que se oye con sinceridad. En el resto siempre se encuentra algún pero, algún resquicio de interés. Ser cristiano se ha convertido en una diana en muchos países musulmanes y, por ahora, parece que eso no importa.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com