Sí, la reforma Obama estaría muy bien, si no fuera por el pequeño efecto colateral de obligar a los centros católicos a abortar.

Al final, el problema de generalizar la asistencia sanitaria -objetivo bonísimo- esconde el otro problema colateral: obligar a abortar a los centros sanitarios católicos. Para salvar a los pobres me cargo a los niños.

La renovación por consenso del Tribunal Constitucional presenta el mismo sesgo, esto, el mismo lío. PP y PSOE logran un consenso, qué bueno. Total, el TC ya ha legalizado SORTU lo que ha permitido al PSOE asegurar que ellos tenían razón y al PP rasgarse las vestiduras pero no mover un dedo.

Pero ahora quedan otras pequeñas cuestiones pendientes. Por ejemplo, el homomonio, esa especie de peñazo ideológico. Y entonces, si el PSOE pierde la mayoría, ¿sería posible que un nuevo Tribunal Constitucional, por pepero, prohibiera el morganático sarasa?

No duden que no. El ambiente entre la judicatura es la división entre progres de izquierda y progres de derecha. Además, ¿a usted quién le ha dicho que el PP quiere suprimir el gaymonio? ¿Acaso ha pretendido suprimir el aborto? ¿Y el divorcio exprés?

Y es que, en el fondo, en las cuestiones importantes, PP y PSOE piensan lo mismo.

Tanto Obama como el TC, y el PP tienen objetivos secundarios, pero el principal es fastidiar a los cristianos.

Y por cierto, sí: Esperanza Aguirre tiene razón. Lo mejor sería cerrar el Tribunal Constitucional. Eso que nos ahorraríamos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com