La razón es sencilla: los fanáticos musulmanes creen en algo mientras el Occidente progre no cree en nada.

Zapatero creó escuela de progresismo. En serio. Nadie habla de él, pero es un monstruo. Fue un líder progresista cuyo ejemplo ha cundido y sus alumnos aventajados copan el poder en el mundo ahora que está retirado. Entre esos discentes zapateriles, el más relevante es el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, pero también Cristina Fernández de Kirchner, Recep Tayyip Erdogan y François Hollande. Siguen los pasos de su mentor: ninguno de ellos cree en principios, sino en intereses. Su moral es consecuencial: dependen de los efectos que produzca, que suelen ser los efectos buscados. Ninguno de ellos cree en verdades absolutas. Lo malo es que las verdades, o son absolutas o no son verdades. Constituyen, como su maestro el rosal más florido el último eslabón del relativismo. Chesterton definía este universo de la siguiente guisa: "Un mundo en el que los hombres saben que la mayor parte de sus conocimientos probablemente son falsos no merece el digno título de escéptico, sino que es simplemente un mundo impotente y abyecto, que no ataca a nadie directamente, pero lo acepta todo sin confiar en nada. Hasta admite su propia incapacidad para atacar, su propia falta de autoridad para aceptar, e incluso duda de su propio derecho a dudar".

Es la viva imagen de la reacción de Occidente ante el vídeo de Mahoma que ha incendiado el mundo islámico, con los radicales mahometanos dedicados a sus habituales orgías de sangre.

Sí, lo poco que he visto de la película me basta para juzgarla de estúpida y ofensiva con el profeta Mahoma, pero ni mucho menos tan ofensiva como debería serlo para los cristianos todas las blasfemias e injurias que se vierten cada día contra el cristianismo en el cristiano Occidente. Si el Gran Woming, de La Sexta, hubiera dicho de Mahoma la décima parte de lo que dice sobre Cristo y sobre la Iglesia, tiempo ha que habría sido sodomizado y, desde luego, asesinado.

Hillary Clinton, asegura que el vídeo  es repugnante. Muy cierto, pero jamás le he oído decir esta boca es mía ante los vídeos blasfemos, sobre Jesucristo. Y eso que las blasfemias anticristianas, es decir lo que es Hillary Clinton, es decir, lo que es Occidente, son mucho más bestiales que el estúpido alegato antiislámico que ahora nos ocupa. La única solución que tiene Occidente ante el Islam es aplicar la reciprocidad en materia de libertad religiosa: los países islámicos –la inmensa mayoría- que no respeten la libertad de nuestro credo, el cristianismo, tampoco podrán desarrollarse en Occidente. 

En definitiva, los zapatistas no creen en nada pero están encargados de defender el Occidente asediado, es decir, defienden algo en lo que no creen. Y así, no pueden ganar la guerra. El progre Obama no puede ganarle la guerra al Islam porque los mahometanos creen en algo y él no cree en nada. Si Occidente volviera a creer en sus principios cristianos, el Islam no tendría media torta. Y no hablo de fe personal, sino de fe colectiva en los principios fundacionales de la sociedad en la que vivimos, hija del Cristianismo. En el entretanto, los malos continúan ganando.