Sr. Director:

En su esencia la violencia doméstica, llamada "de género", es un problema moral: cuando un ser humano acude a la violencia para relacionarse con otro, se hace patente que subyace a esa conducta un déficit de valoración de la dignidad humana del sujeto pasivo.

Eso sucede en la violencia en la pareja, en el aborto, en la explotación laboral, en la prostitución, en el terrorismo, en la pedofilia, en la violación, etc. Alrededor de ese déficit moral puede haber muchas otras cosas: machismo, racismo, egoísmo supino, alcoholismo, patologías siquiátricas, etc. Cuando se pretenden resolver estos problemas de conductas violentas atendiendo solo a estas últimas causas sin atender al problema moral de fondo normalmente se logran efectos muy limitados.


Valentín Abelenda Carrillo