Sr. Director:
Este artículo me lo ha sugerido una idea que he leído en un artículo de Mons. Munilla en su libro Cartas sobre la mesa de un artículo que publicó en el periódico Diario Palentino el 26 de octubre de 2008.

Dice él con acierto: "no es lo mismo fabricar un coche que engendrar un bebé".

Efectivamente: el coche se construye, el bebé se desarrolla.

El coche no es coche hasta que sale de la fábrica.

El chasis con ruedas, pero sin motor y sin carrocería no es coche.

Y el bebé es persona humana desde el momento de la concepción.

El chasis con ruedas necesita un agente externo que lo termine.

El bebé no necesita a nadie pues tiene en sí mismo, desde el momento de la concepción, el código genético que va a dirigir su desarrollo hasta ser persona adulta, si un agente externo no se lo impide.

Esto es cosa clara en embriología.

Afirmar que el ser humano empieza en otro momento de la gestación, no es científico.

Por eso el aborto voluntario es un asesinato de una persona humana.

Y siempre será una injusticia condenar a muerte a un ser humano inocente.

Si esto lo hace su propia madre, es algo monstruoso.

Y todo el que lo apoya, sea como sea, se hace responsable de ello.

Jorge Loring