Sr. Director:
La Comunión Tradicionalista Carlista, desde su confesionalidad católica y fidelidad al Magisterio de la Iglesia y de los Sumos Pontífices, viene proclamando desde su fundación su más enérgico rechazo al Aborto y la defensa y protección de la Vida y la Familia, como así proclamamos en nuestro Programa Político: para defender los derechos de la Persona y de la Familia

Por la dignidad del ser humano, hijo de Dios, sea no-nacido, niño, adulto o anciano; sea sano o enfermo; sea hombre o mujer; sea español o extranjero, es preciso

Derogar toda ley de despenalización del aborto, que atenta contra el derecho a la vida.

Derogar las leyes que autorizan la fecundación in vitro, la manipulación de embriones, los intentos de clonación humana y otras que atentan contra la dignidad de la persona humana.

A pesar de las dificultades, hemos conseguido promover y hacernos presentes en multitud de manifestaciones contra el Aborto, denunciando sin ambages la maldad de este crimen. Prueba de ello son las manifestaciones por la Vida y la Familia que cada día 25 de cada mes se vienen desarrollando en numerosas ciudades de España y otras campañas realizadas, en colaboración con la Asociación Cruz de San Andrés, iniciativa ésta de la Delegación de Vida y Familia de la Comunión Tradicionalista Carlista. Ha sido tal el éxito de estas convocatorias, el Foro Parlamentario Europeo sobre Población y Desarrollo situase a la Comunión Tradicionalista Carlista como el partido más importante de España en la lucha por la Vida.

Y actuamos así, porque como decía el Papa San Pío X: "[...] porque los verdaderos amigos del pueblo no son ni revolucionarios ni innovadores, sino tradicionalistas." San Pío X, Carta Apostólica Notre Charge Apostolique, 25 Agosto 1910

Por último citar aquellas palabras que el Beato Juan Pablo II nos dirigió en su Primera Visita Apostólica a nuestra Patria: "Quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral. Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente. Se minaría el mismo  fundamento de la sociedad. ¿Qué sentido tendría hablar de la dignidad del hombre, de sus derechos fundamentales, si no se protege a un inocente, o si se llega incluso a facilitar los medios o servicios, privados o públicos, para destruir vidas humanas indefensas" (Beato Juan Pablo II, Homilía Misa de las Familias, Madrid 1982).

En la confianza que el pueblo español irá tomando conciencia de este genocidio legalizado y silenciado, y con la ayuda de todos, estamos seguros que más pronto que tarde poder derogar la Ley del Aborto en España.

Comunión Tradicionalista Carlista