Sr. Director:
Es curioso que las noticias sobre más de quinientos casos de espionaje y su amplio desarrollo apenas hayan provocado protestas sonoras y visibles, como si se considerasen ya parte del paisaje.

Tengo la sensación que el olvido del fin de la política y de los límites a la hora de ejercerla está provocando que la sociedad desconfíe y se aleje de quienes tienen la responsabilidad del bien común.

De ahí al florecer de la demagogia antisistema o del surgimiento de inquietantes ensueños autoritarios hay solo un paso, y en España nos hemos acostumbrado, de manera especial nuestros políticos, a bordear el abismo sin pestañear.

Pedro García