Sr. Director:
En los últimos años venimos asistiendo a distintas campañas que reivindican la retirada de los símbolos franquistas de los municipios navarros.

 

Últimamente, han tenido especial resonancia las polémicas en torno a la plaza Conde de Rodezno de Pamplona. Curiosamente, los impulsores de estas campañas no han incluido en su lista negra al insigne vascófilo y académico de la lengua vasca, Arturo Campión, que el 15 de septiembre de 1936 publicó una nota en Diario de Navarra, fechada la víspera en San Sebastián, que decía: tengo el gusto de hacer constar que liberada esta ciudad de la tiranía roja, quiero manifestar a la vez que mi protesta más enérgica por el incalificable proceder del nacionalismo vasco, mi adhesión inquebrantable a la Junta Nacional de Burgos. Pues bien, D. Arturo tiene dedicadas varias placas en distintas calles navarras, además de dar nombre al decano de todos los euskaltegis (centro de enseñanza del euskera para adultos).

Tampoco han mencionado al ex-alcalde de Pamplona, Miguel Javier Urmeneta, del PNV y también académico vasco, voluntario requeté en el Tercio del Rey y después voluntario con la División Azul en el frente ruso. Y eso que este político navarro tiene dedicadas calles en varios municipios navarros. Por otra parte, quisiera recordar también que el Conde de Rodezno fue diputado por el carlismo en coalición con el PNV -la Minoría Vasco-Navarra- que en la Segunda República impulsó el Estatuto Vasco-Navarro. Todos estos hechos evidencian lo farisaico de estas campañas que pretenden eliminar unos símbolos franquistas mientras enaltecen otros símbolos igual de franquistas.

Nadie tiene derecho a enfrentar a la sociedad y menos basándose en estas mentiras palmarias. Para eso, es necesario también que los ciudadanos no dejemos la enseñanza de la historia en manos de políticos acomplejados e ignorantes.

Ignacio Mina