Si Luis Pineda Salido se convierte en el referente moral contra los abusos de la banca española, yo emigro.

Este miércoles, se pudo ver al millonario dueño de AUSBANC -no voy a explicarles en qué consiste su negocio- explicándonos por qué Miguel Blesa (en la imagen) había entrado en prisión, con argumentos tan peregrinos como los que reflejábamos ayer pero con una intencionalidad muy clara: hacer parecer a Blesa como un chorizo. Pineda, al igual que los de Manos Limpias, habían logrado su trofeo y querían exhibirlo. Es la caza del hombre, deporte nacional.

Como ni entre los más profanos cuela eso de que si por el City National de Florida se pagaron 1.000 millones de euros y ahora vale 500 resulta que Blesa se llevó 500 millones o al menos los hizo perder, Pineda le dio otra vuelta a la manivela: el sobre pecio que figura en unos correos electrónicos por el seguro de cambio. Esa es, al parecer, la razón por la que el inefable juez Elpidio le ha metido en la cárcel al ex presidente de Cajamadrid.

Pero hombre, si ese fue uno de los errores reales de Blesa al comprar el banco estadounidense que nunca debió comprar: firmó el acuerdo sin seguro de cambio, y como esos acuerdos precisan el visto bueno de los reguladores, alguien dijo que deberían firmar ese seguro, y así se hizo.

Insisto: Blesa siempre me ha caído gordo, pero entre Blesa y Pineda Salido no sé cómo explicarles: me quedo con un blesa antes que con cinco pineda-salidos.

Eulogio López

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