Clint Eastwood se  atreve  a afrontar como plato fuerte el planteamiento de la existencia del más allá  a través de la experiencia  de tres personajes.  Matt Damon es George Lonegan, un trabajador americano que, tras vivir de cerca  la muerte por una enfermedad, posee cualidades para-psicológicas y puede contactar con los muertos. Lejos de considerarlo un don, George reniega de su habilidad para intentar llevar una vida normal.

Cecile de France interpreta a Marie Lelay, una famosa presentadora de la televisión francesa que  está al borde de perecer ahogada en un  terrible  tsunami en Asia.

Marcus es un niño londinense que vive con su protector hermano y una madre drogadicta a la que están a punto de quitar la custodia de sus hijos los servicios sociales. La muerte del hermano mayor le lleva a Marcus a querer contactar con él...

Con estas tres historias entrecruzadas Clint Eastwood se adentra en los comportamientos de las personas ante la experiencia de la muerte, pero sin especular desde un punto de vista religioso.  

Tras comenzar su carrera como actor haciendo justicia a punta de pistola, Eastwood ha pasado a dirigir películas donde el eje se encuentra en la búsqueda del sentido de la vida y la redención (fundamentalmente en Gran Torino). Con Más allá de la vida, Clint continúa su evolución dando un paso más. Algunos criticarán este  largometraje por considerarlo poco valiente y falto de compromiso a la hora de plantear qué hay después de la muerte, diluyendo el dilema vital en cursilería y faltándole el sello propio que caracteriza sus películas. Tal vez por ello,  el propio director ha afirmado que: nadie sabrá lo que hay   hasta que llegue allí.   

Más allá de la vida cuenta  con Steven Spielberg como coproductor  y Peter Morgan como guionista (este último responsable de guiones  como La Reina o Nixon contra Frost). La banda sonora es del propio Clint Eastwood, el cual he manifestado  haber dirigido esta película con el mejor equipo con el que ha trabajado. No cabe duda que, en el caso de Matt Damon, en la película Invictus surgió una buena relación entre ambos que se ha traducido en  una nueva colaboración. 

Como novedad,  respecto a su filmografía anterior, Eastwood ha utilizado excelentes efectos visuales para ambientar  el trágico tsunami o los atentados del metro de Londres. Igualmente la variedad geográfica de las localizaciones (San francisco, Londres,  París), y la  diferente lingüística logran un drama cercano, actual y  universal.

Para: Los admiradores del cine de Eastwood y de su evolución