Éramos pocos y la abuela se dedica a coquetear. Desde La Gaceta, Mario Conde escribe un artículo acerca de Bankia.

En el mejor estilo de medias verdades, don Mario se estrena con las siguientes, y solemnes, palabras: "Banesto era una entidad privada. Nunca recibió ni una sola de las antiguas pesetas de dinero público". Tienes razón, Mario, mientras tú fuiste presidente no, pero en cuanto dejaste de serlo recibió una pasta gansa de dinero público imposible de evaluar por la exageración interesada que se hizo de su agujero -los famosos 600.000 millones de pesetas-. Es decir, que tu Banesto no recibió ayudas públicas, pero el Banesto del Santander sí que las recibió, una pasta difícil de cuantificar… por tu desastrosa gestión al frente de la entidad. Sí, Mario, había causas económicas para intervenir Banesto aunque el principal objetivo de Felipe González fuera el quitarte de en medio como rival político. Objetivo espurio, ciertamente, pero igual de espurio que la utilización de un banco privado -adjetivo que repites durante el artículo- para llegar a La Moncloa, que era tu objetivo, no el de González.

Luego llega la comparación con Bankia: "Bankia es el resultado de fusionar entidades públicas". Que no hombre que no. Las cajas de ahorros no eran entidades públicas, al menos si tal objetivo se traduce -y así es como se traduce- por entidades estatales. Las cajas de ahorros eran entidades mutuales, como Mutua Madrileña, y seguramente no las llamarías públicas. Es verdad que la labor de los políticos en empresas privadas siempre resulta nefasta pero eso no te autoriza a cambiar la realidad para defender tu indefendible gestión en Banesto.

Y luego viene la mentira habitual, la que profieren los políticos. Aseguras que Rodrigo Rato "recibió primero 5.000 millones de euros de dinero público". Mentira. No recibió un duro. Recibió préstamos al 7,75%, mucho más caro que a ti o a cualquier otro banquero se los prestaba el Banco de España y ahora el BCE.

La primera ayuda pública recibida por Bankia se aprobó, precisamente, cuando se echó a Rodrigo Rato. Su receptor no ha sido Rato, sino José Ignacio Goirigolzarri, por valor de 4.400 millones de euros. Y recibirá más,

ciertamente, pero no te ensañes con Rato, quien, en su momento, ciertamente, se apuntó a la solicitud de una comisión de seguimiento de Banesto.

También citas el caso de Castilla-La Mancha (CCM) presidida por un político, Hernández Moltó. Pero hombre, se te están olvidando las ayudas más sangrantes a la banca privada. Por ejemplo, la de la CAM, ayudas que no recibió ningún político sino un banco privado y bien privado: el Banco Sabadell. La broma de las ayudas a la CAM nos va a salir a los españoles por no menos de 20.000 millones de euros. Y también puedes apuntar las ayudas públicas recibidas, no por ningún político, sino por el privadísimo y particularísimo presidente del BBVA, Francisco González, al hacerse con Unnim. Y la que nos espera, con Bankia, Catalunya Caixa, etc.

Que no, Mario, que no. Es cierto que contra ti hubo una conjura política, pues ni Felipe González ni José María Aznar te soportaron. Pero lo curioso es que tú te lo ganaste a pulso. Ellos no hicieron bien de políticos y tú hiciste muy mal de banquero. Ellos utilizaron su poder político para destruir a un presidente de banco y tú fuiste un presidente de banco que utilizaste tu poder en Banesto para hacer carrera política. Fuiste una víctima del sistema, sí, pero no porque te enfrentarás al sistema sino porque querías controlarlo.



Eulogio López

eulogio@hispanidad.com