• Los ataques a militares en París y Londres y el de los hermanos Tsarnaev (en la imagen) en Boston fueron llevados a cabo por yihadistas 'solitarios'.
  • Los servicios secretos occidentales sospechan que se trata de una nueva táctica de Al Qaeda.
  • Pero también podrían ir por libre: ellos saben que el paraíso está garantizado a todos aquellos que 'matan y son matados' por Alá.
Todos ustedes lo recuerdan. Un militar fue atacado recientemente con un cuchillo en París por un desconocido de apariencia árabe. Además, la semana pasada, dos individuos armados con cuchillos, machetes y una pistola asesinaron a un soldado en plena calle en Woolwich, al sureste de Londres, al grito de  "Alá es grande". Pero es que, recientemente, los hermanos Tsarnaev detonaron una bomba durante la celebración de un maratón en Boston. Todos ellos yihadistas.

Los servicios secretos de todo el mundo empiezan a sospechar que el yihadismo se decanta por una nueva estrategia, la de los 'lobos solitarios', terroristas no fichados que en cualquier lugar del mundo pueden atentar a cualquier hora, sin estar vinculados a una red terrorista superior.

Este lunes publicaba La Razón que el Ministerio de Defensa español recomendará, dentro de las normas habituales de autoprotección, a los militares de Ceuta y Melilla que extremen las medidas de precaución, tras lo sucedido en los últimos días en Londres y París.

Estas recomendaciones se extienden al resto del territorio nacional, lo que ocurre es que la última amenaza concreta de Al Qaeda se ha dirigido a las dos ciudades autónomas. En los cuatro últimos meses el jefe de Al Qaeda ha pedido que ambas ciudades sean "liberadas". Según este periódico, expertos antiterroristas consideran que lo ocurrido en Londres y París se enmarca dentro de la estrategia general de Al-Qaeda y mostraron su preocupación por el efecto de «imitación» de los atentados «individualizados», relativamente fáciles de cometer (salvo que la víctima vaya armada y tenga ocasión de evitarlo) por personas fanatizadas del yihadismo.

Si los expertos dicen que la del 'lobo solitario' constituye una nueva táctica yihadista, más eficaz por cuanto es difícilmente controlable, habrá que hacerles caso. Pero en el libro de Robert Spencer 'Guía políticamente incorrecta del Islam' se destaca que "existen más de cien versículos en el Corán que exhortan a los creyentes a emprender la yihad contra los no creyentes". "La yihad es el deber máximo de los musulmanes". También se dice que el paraíso está garantizado a todos aquellos que 'matan y son matados por Alá': "Alá ha comprado a los creyentes sus vidas y sus bienes, prometiéndoles a cambio el paraíso, (y así) luchan por la causa de Dios; matan y son matados: una promesa cierta que él se ha impuesto". (Corán, 9: 111). (Pág. 43 a 45).

También se recoge en ese libro que "algunos de los pensadores islámicos más reconocidos hoy por los terroristas de la yihad han transmitido (de manera nada ambigua) que el Islam debe ser impuesto a los no musulmanes por la fuerza, pero no como una religión, porque violaría los dictados del Corán referidos a que 'no existe la compulsión en la religión' (Corán, 2: 256), sino como un sistema de leyes y nomas sociales. Han enseñado que los musulmanes deben combatir para imponer la ley islámica en los estados no musulmanes, relegando a sus ciudadanos a la condición de dimmies o a otra todavía peor". (Pág 141).

Con estos mimbres, se entiende lo de los lobos solitarios, estén o no vinculados a Al Qaeda: buscan el paraíso e imponer la Sharia en todo el mundo. Eso se puede hacer por libre o no.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com