Sr. Director:

Esta vez no ha sido AL-QAEDA, sino un ultraderechista, el que ha cometido un crimen contra inocentes, sorprendidos en su vida del día a día.

 

No es cuestión de ideologías como nos quieren hacer creer; es más bien una falta de educación sentimental, tan escasa en estos tiempos. Esta es la consecuencia de valores humanos que se pierden porque no se reconocen, porque molesta llevarse la contraria en algo, porque se piensa que es mejor vivir según el "me apetece o no me apetece". El resultado son personas que odian, que matan, que se destruyen a sí mismas.

Y uno se pregunta. ¿A dónde vamos a parar?

Ana M. Baldán