Nuevo engañabobos cientifista. Es decir, nuevo intento de prescindir de Dios en la vida del hombre. En cuanto oyen hablar de ciencia los cristófobos se dan por aludidos y se deshacen en elogios ante los avances científicos que, antes o después, nos permitirán prescindir de Dios. Cada uno se divierte como puede.

Ojo al dato. Hemos creado vida artificial. Se ve a la claras lo que se persigue con la expresión: que el hombre, sin necesidad de Dios, está creando vida. Vamos, el 'seréis como dioses' revivido (nunca mejor dicho). Pero no deja de tener gracia que para aludir a lo que crea el hombre, recurramos al adjetivo artificial. Supongo que por oposición a lo natural, que es lo creado por Dios. Pero, ¿no se trataba de negar a Dios

En cualquier caso, no, campeones de la Cristofobia. Estos sesudos científicos no han creado nada, entre otras cosas porque el hombre no puede crear nada. El hombre utiliza el material creado por Dios para producir. Ni más ni menos.

Los cuatro grados de creación son los siguientes y en ninguno de ellos puede haber evolución, sino creación drástica. Que no nos confunda la capacidad del hombre para recrear la creación. Una tarea muy loable, pero en ningún caso creativa.

No son cuatro pasos sino cuatro saltos:

1. De la nada a la existencia. Es el primario y del que dependen todos los demás, aunque no más importante que el último.

2. El salto de la materia inorgánica a la orgánica.

3. De la vida al espíritu. Y eso, sólo si queremos reconocer que el perro tiene espíritu. Que lo tiene, pero muy primario.

3. De la vida espiritual -por ejemplo la del perro- al hombre, dotado de alma racional y libre. Este es el paso más importante de todos.

El problema es que Dios es el autor de los cuatro saltos, no el hombre, y lo puede hacer en un momento o a lo largo de dos millones de años, pero sigue siendo un acto de creación, no de evolución. En cualquier caso, el 'copyright' es suyo. El hombre, el científico y cualquier otro, se conforma con recoger lo ya creado e intentar combinar los elementos.

Pero no existe la vida artificial, como tampoco existe la materia artificial. Si es vida, es natural.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com