Tras el título de Los chicos están bien encontrarán una comedia dramática con la que se hace apología  de los matrimonios homosexuales.El arranque de la película, en la que los dos hijos de una pareja de lesbianas (inseminadas por el mismo hombre) se plantean buscar al donante paterno que les dio la posibilidad de estar en este mundo, capta el interés. Pero, tras el encuentro con el atractivo progenitor que donó semen en su juventud con el objetivo altruista (pero pagado)  de ayudar a alguien con problemas,  la cosa empieza a desbarrar

Los chicos están bien intenta demostrar que la relación prolongada de la pareja de lesbianas pasa por los mismos problemas que los matrimonios normales si esta convivencia no se cuida: es decir, la rutina, la falta de muestras de afecto hacia el otro,  la incomunicación, etc Pero, a pesar de ese objetivo por normalizar esa relación,  la película chirría constantemente y tiene un sesgo sexual muy continuado.  Por ejemplo, para excitarse, la pareja de lesbianas ve películas pornográficas de homosexuales masculinos; una de ellas cae en la infidelidad con un hombre y se maravilla al contemplar su aparato reproductor,  etc Sin contar frases de ideología de género que las mamás lanzan al hijo adolescente, una de ellas de este estilo:  si fueras gay serías más sensible.

Esta película, que hubiera pasado desapercibida si narrase los problemas de convivencia de una pareja heterosexual y no gay, ha conseguido varias nominaciones importantes a los Oscar entre ellas: mejor película, mejor actriz (Annette Bening), mejor guión original y mejor actor secundario (Mark Ruffalo).

Para: Sinceramente, lo ignoro