Debe haber algún rijoso (o, como diría un adolescente, uno que anda más salido que el pico un queso) en el equipo del nuevo presidente de RTVE, ilustrísimo abogado del Estado, don Leopoldo González-Echenique (en la imagen).

De otra forma, no me explico la campaña de promoción de la llamada literatura erótica -pura pornografía, sólo que sin dibujos-. Por lo general son mujeres las que escriben estas novelas de éxito y son mayoría de féminas la que las leen. Debe ser porque la mujer tiene más imaginación que los varones -seres limitados- y claro ya se saben qué puntos desarrollan algunas de su liberadora imaginación.

Y ahí es donde surge la famosa declaración que titula este artículo: "La literatura erótica es más profunda de lo que parece". Insisto: las palabras precedentes no son más. Vienen prestadas de las declaraciones de una escritora del género, porque si en algo se demuestra la liberación de la mujer del yugo machista es que ahora ellas han conseguido resultar tan vulgares y rijosas como los varones en el cuartel o la taberna. Y el adjetivo es apropiado: en efecto, el erotismo y la pornografía puede ser frívolos, pero son de una profundidad abismal.

El arquetipo del éxito en la literatura erótica son las Cincuenta sombras de Grey (en cuanto profundicemos más, llegaremos a las 100). Naturalmente, su autora no entiende el erotismo como "pasión fuerte de amor", sino como la decadencia de la sexualidad femenina: es decir, masoquismo puro.

¿Ven como se trata de una literatura profunda Para mujeres de útero fogoso. O sea, gente profunda.

Lo cual no debería extrañar a nadie: las feministas dicen defender a la mujer del machismo pero como practican el sexo sin amor y, a más a más, el sexo sin concepción y la concepción sin sexo. Siempre acaban en el machismo sexual de corte sádico. Al parecer la mujer debe masacrar al varón fuera del tálamo y someterse a él en la cama: una liberación un plena. Esquizofrénica pero de lo más profunda. Para entendernos, estamos ante una literatura de género.

Y, además, el erotismo literario es un negocio más próspero de lo que aconseja el sentido común.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com