• La vicepresidenta ironiza con las opiniones de la Iglesia en defensa de la vida.
  • El cardenal Rouco pidió una ley que defendiera la vida, exactamente lo mismo que incluía el PP en su programa electoral.
  • Sin embargo, Sáenz de Santamaría advierte que el Gobierno actuará según sus propios criterios y "principios", pensando en "el interés general".
  • Además, ha ratificado que la Ley de Transparencia afectará a la Iglesia.
  • Y asegura que no ha mantenido conversaciones al respecto con ella, "igual que no lo ha hecho con otras instituciones".
  • No hacía falta tal precisión: el episcopado ya presenta al Estado hasta las pagas que recibe cada sacerdote.
  • Se confirma que la entrevista de Rajoy con el Papa Francisco no ha servido para nada.

Las declaraciones de Rouco Varela en defensa del derecho a la vida pronunciadas el mismo día en que Rajoy era recibido por el Papa Francisco (ambos en la imagen), han sentado como un tiro en el Partido Popular. Y para muestra, la actitud de Soraya Sáenz de Santamaría en la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros de este viernes, donde ha manifestado que el Gobierno respeta las opiniones de la Conferencia Episcopal Española (CEE) sobre la reforma de la Ley del aborto, pero ha advertido que "el Gobierno trabajará sobre los distintos proyectos de ley de esta naturaleza u otra pensando en el interés general y en sus propios criterios y principios".

La expresión "propios principios" resulta complicada de entender en relación con un partido que incluyó en su programa electoral el derecho a la vida. Lo más seguro es que la reforma de Gallardón -más bien mini reforma- se quede finalmente en una ley de mínimos que no cambiará nada la regulación actual.

Ha señalado también que la Ley está en elaboración por parte del Ministerio de Justicia y las novedades que incluyen están "en el marco de lo que en su momento estableció la doctrina del Tribunal Constitucional sobre la regulación de esta materia". De lo que sí ha hablado ha sido de los abortos voluntarios de las menores. "La reforma establecerá la presencia de los padres a la hora de tomar una decisión de esta naturaleza". La ley que prepara Gallardón podría contemplar que no fuera necesaria la autorización paterna, como presuponían todos los provida que aún creen en las promesas del PP.

Está claro que Soraya Sáenz de Santamaría quiere tomar distancia con la Iglesia. Ha ratificado que esta institución formará parte de la Ley de Transparencia y ha negado que se haya hablado con sus representantes, "como tampoco se ha hecho con otras instituciones".

Podría haber precisado la vicepresidenta que el episcopado ya presenta al Estado hasta las pagas que recibe cada sacerdote. "Al final -ha dicho- vamos a tener que introducir una disposición adicional para ver qué entidades no van a entrar en la Ley". 

El innecesario anuncio de la inclusión de la Iglesia en la Ley de Transparencia parece un intento de contrarrestar los ataques recibidos por el PSOE, que acusan al Gobierno de ir del brazo de Rouco Varela. De poner, en resumidas cuentas, una vela a Dios y otra al diablo y dar oportunidad a diarios como El País a publicar titulares como "La Ley de Transparencia destapará parte de las cuentas de la Iglesia"

Todo tiene una explicación. La visita a Roma de Mariano Rajoy no ha dado los resultados esperados. El presidente del Gobierno teme que España caiga en la anarquía y que los acontecimientos se precipiten. Quería un apoyo explícito del Papa a su política, y no lo ha conseguido. Ni Rajoy es Lech Walesa, ni España es Polonia antes de la caída del muro.

Sara Olivo
sara@hispanidad.com