• El editor ha conseguido que la inversión en el Sabadell no desestabilice Planeta, justo en el momento en que se aborda la sucesión.
  • Lo que no ha conseguido Lara es que Josep Oliú se fusionara con el Popular, lo que ha alejado a dos viejos amigos.
  • Y el saneamiento de la CAM es una buena operación, pero va para largo. Su impacto en bolsa es menor del esperado.

José Manuel Lara (en la imagen), a través de las tres sociedades con las que posee un 6% del capital, Sabadell acumula ya unas minusvalías de 300 millones de euros, por lo que podríamos decir que se encuentra ligeramente molesto. Encima, se trata de una compra apalancada con el que el coste real de la operación se dispara hasta los 500 millones de euros.

Lara y el presidente del Sabadell, Josep Oliú eran amigos desde hace décadas: ahora siguen siendo conocidos. Y es que Planeta ha instado a Josep Oliú a fusionarse con un banco igual o mayor -sobre todo con el Popular- y se ha encontrado con la negativa de Oliú, que sí es banquero y quiere seguir en el negocio.

Por otra parte, el saneamiento de la CAM tampoco hará que la cotización del Sabadell repunte en bolsa: es una gran operación, sin duda, gracias a las generosas ayudas públicas, pero va para largo.

Y todo ello le pide al editor más famoso de España en pleno proceso de sucesión en el negocio familiar. El delicado estado de salud de José Manuel Lara -un hombre que, al igual que Emilio Botín, no se jubilará nunca- le ha llevado a plantearse la sucesión. Y desde luego no será José  Creuheras, a pesar de ser el albacea de dos de los cuatro hermanos Lara -es decir, del 50% del capital- quien suceda a José Manuel. Será su hijo, Lara junior, ya trabajando en el Grupo quien llegue a la Presidencia y quien jubile a la Vieja Guardia, que, en verdad, es bastante, sino vieja, sí muy experimentada.

Eso sí, el traspaso, aún sin fecha fija, porque Lara se ha recuperado, al parecer bastante bien, de una reciente afección grave, no tiene fecha pero podría precipitarse.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com