Sr. Director:
Con su habitual estilo de amenazas, Artur Mas exige ahora al gobierno no "traspasar líneas rojas" y no aplicar las sentencias sobre la inmersión lingüística.

 

Es lamentable y asombroso que un representante público exija desobedecer a la Justicia. El Tribunal Supremo dictó hace un año que la enseñanza únicamente en catalán era
inconstitucional. Y exigió algo lógico y de sentido común: cambiar a un modelo que diera un trato equitativo y respetuoso a los dos idiomas oficiales.

Desde entonces, la Generalidad se ha dedicado a poner excusas, marear la perdiz y negarse a cumplir los fallos. El señor Mas no entiende que quien ha traspasado ya todas las "líneas rojas" y agotado la paciencia es quien lleva un año riéndose del Estado de
Derecho, es decir, él mismo.

Carmen M. Maciá