Sr. Director: 
Datos del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña ponen de manifiesto que cada vez son más las personas que consumen la píldora del día después (PDD), hasta el punto de que en tres años las ventas se han triplicado en el conjunto del territorio catalán.

 

También dicen que aproximadamente el 25 por ciento de las gironinas que han pedido la píldora de anticoncepción hormonal de urgencia (PDD) lo han hecho en más de una ocasión desde que se dispensa sin recetas en los centros o en las farmacias de la provincia. El titular del artículo del Diario de Girona que comentaba esta noticia era: "Una de cada cuatro mujeres de Girona que pide la píldora del día después repite". En el mismo artículo se leía que "las principales consumidoras de este fármaco para evitar el embarazo son jóvenes de entre 15 y 19 años".

En principio, si no tenemos en cuenta que son píldoras abortivas, podría parecer positivo -como le parece  a la ministra de Sanidad- porque significan menos abortos cruentos. Pero, en realidad no lo es, pues, además de ser abortiva, pone de manifiesto que no se hace una prevención adecuada.

¿El motivo, es falta de información? No, porque una cosa es información y otra es formación, a las jóvenes de hoy no les falta información pero sí formación sexual que sea constructiva. Se da información sexual en los centros educativos pero no se educa en valores ligados a la sexualidad, como por ejemplo que esta va más allá del coito. Lo que sí apreciamos es el gran fracaso de tantos años intentando desligar el placer sexual de la procreación, de transmitir una información sesgada.

Pienso que nos esperan unos tiempos duros, puesto que la trivialización de la sexualidad lleva a comportamientos antisociales, a la falta de compromiso  y de generosidad y, a no valorar la vida humana desde el momento de su concepción.   

Jesús Domingo Martínez