Sr. Director:
Ciento veinte párrocos, nada menos, protestan porque el viaje de Benedicto XVI a España con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, resulta muy costoso.

 

Pienso que para atacar a la Iglesia Católica, que es de lo que se trata, podían haber esgrimido otro argumento menos infantil e ignorante. Comparando cifras podríamos poner por ejemplo, entre otras cosas, el coste de las olimpiadas, de los eventos futbolísticos, de los macroconciertos que se organizan a troche y moche y cientos de cosas más.

No sólo hay que agradecer a Benedicto XVI que haya elegido Madrid para estas Jornadas, sino que, valorando lo económico y dejando atrás los otros beneficios espirituales, humanos y culturales que esto representa y que debieran haber valorado por encima de todo los autores de la protesta por su condición de sacerdotes de la Iglesia Católica. ¡Un poco de reflexión y más rigor con lo que se transmite...!

Ana M. Baldán