Sr Director:
Con la aprobación de la futura ley de Educación, en la que se recoge la asignatura de Religión se puede de manera clara dar salida al 70% de alumnos cuyos padres piden cada año la educación en religión católica y moral.

Podrán ejercer su derecho sin dificultades, sin inconvenientes y sin discriminación. Suponemos que esto va a favor de la educación de los jóvenes y suponemos que nadie tiene un inconveniente de fondo, sino que se trata de cómo se articula en los planes educativos.

Además, la clase de Religión es una asignatura "de libre opción" que "no impone nada a nadie" y que, según los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español, "debe darse de tal modo que su estatuto sea equiparable al de las asignaturas fundamentales".

¿Cómo se articula eso? Hay diversas formas de hacerlo. El Estado se ha comprometido para que sea una asignatura que quienes la solicitan libremente -esto hay que repetirlo muchas veces, no se impone nada a nadie-, puedan tener la garantía de que es una asignatura seriamente impartida, "cuyo curso no perjudique a nadie, ni a los que la eligen ni a los que no la eligen", dijo el secretario general de la CEE.

Asimismo, aseguró que es lo que "siempre se ha tratado de buscar" y agregó que los obispos esperan que la fórmula que finalmente se encuentre, "responda a estas características de las cuales nadie tiene nada que temer". En cualquier caso, ha advertido de que "todavía es un anteproyecto de ley" y "no hay nada todavía determinado por el Parlamento".


Jesús D Mez Madrid