• El IPC de marzo cae un 0,1% por la influencia del abaratamiento de los alimentos y del descenso de los viajes organizados por no haber Semana Santa en ese mes.
  • La directora gerente del FMI está preocupada por este riesgo y urge al BCE a actuar y poner en marcha cuanto antes la máquina de imprimir dinero.
  • Draghi (BCE) ve este riesgo "bastante limitado", pero no descarta tomar "medidas decisivas" si continúa la baja inflación.
  • Guindos cree que Europa no va a entrar en deflación y está convencido de que el BCE actuará de seguir la baja inflación.
  • El remedio que propone ATA es más crédito y menos impuestos, pues activarían el consumo y la demanda interna. Pero cree que el IPC volverá a tasas positivas en abril.
  • UPTA cree que existe un "riesgo real" de que los precios se mantengan en negativo durante el 2014.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado el dato referido al Índice de Precios de Consumo (IPC) de marzo, que adelantó hace dos semanas, donde afirmó que en ese mes estuvo en el -0,2%. Pero la corrección es positiva, pues este viernes ha publicado que en realidad se situó en el -0,1%, una décima por encima de lo previsto y, por lo tanto, sólo una décima por debajo del dato de febrero.  

Los causantes de que el IPC esté en terreno negativo son el grupo de alimentos y bebidas no alcohólicas y el de ocio y cultura. El primero descendió su tasa interanual seis décimas hasta el 0,5%, mientras que el segundo bajó casi un punto y medio hasta el -2,3% por el comportamiento de los viajes organizados, pues la Semana Santa no tuvo lugar en ese mes.

Esto muestra de nuevo que la inflación se mueve en tasas muy bajas, lo que lleva a que la sombra de la deflación planee sobre España. Este riesgo existe, pero hay que señalar que sólo se daría si continúa un descenso permanente y generalizado de los precios.

Pero este riesgo de deflación no sólo existe en España, sino también en la zona euro, donde el IPC subió un 0,5% en marzo, que es su nivel más bajo desde 2009. Esto de la baja inflación preocupa, entre otros, a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde (en la imagen junto a Draghi): "Estamos preocupados por este riesgo potencial en las economías avanzadas y en la zona euro en particular", ha afirmado en la asamblea primaveral de este organismo, que se celebra estos días en Washington. Ha advertido que de prolongarse la baja inflación "heriría tanto el crecimiento como el empleo".

Ante este riesgo son muchos los que intentar dar una solución, que no es emitir dinero, sino bajar impuestos y subir salarios. Lagarde se apunta a la teoría de Milton Friedman, que señalaba que de haber miedo a la deflación, había que meter más dinero. Por ello, la francesa urge de nuevo al Banco Central Europeo (BCE) para que ponga en marcha la máquina de imprimir dinero cuanto antes, es decir, propone que abra ya la manguera. Aunque no hay que olvidar que el problema no es la deflación.

No es la primera vez que Lagarde presiona al organismo que preside Mario Draghi, pues le advirtió la semana pasada antes de su reunión mensual sobre política monetaria. Por su parte, Dragui aseguró que están dispuestos a tomar "nuevas medidas decisivas" si la inflación continúa en niveles demasiado bajos y ya las han preparado, pero ve el riesgo de deflación "bastante limitado". El hecho de que el BCE haya reiterado su compromiso de usar las medidas no convencionales necesarias anima a Lagarde a seguir presionando con el manguerazo.

También participa en la asamblea del FMI, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que está convencido de que el BCE actuará y llevará a cabo "medidas no convencionales" de mantenerse la baja inflación en la zona euro, según ha declarado a RNE. Además considera que Europa no va a entrar en deflación, pero ha señalado que la baja inflación de esta zona tiene "ventajas e inconvenientes" para España. Entre lo bueno está el hecho de ganar poder adquisitivo, mientras que entre lo negativo destaca que, al ser un país endeudado, el esfuerzo para pagar las deudas es mayor.

Las "medidas no convencionales" que podría adoptar el BCE podrían ser: una rebaja de los tipos, que ahora están en el 0,25%; inyecciones de crédito barato; compras de activos para animar la demanda, el crédito y los precios; comprar deuda, etc.

Pero la solución al riesgo de deflación es mucho más sencilla, bajar impuestos y subir salarios, como ya hemos señalado. La Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) ha referido que los "mejores antídotos" para alejar este riesgo son más crédito y menos impuestos, pues activarían el consumo y la demanda interna. Son optimistas, pues han señalado que todo apunta a que en abril la inflación volverá a tasas positivas. Aunque el IPC se mantendrá en los próximos meses en niveles bajos por la moderación salarial y la reducción de costes, según el presidente de ATA, Lorenzo Amor.

La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) no es tan optimista y cree que existe un "riesgo real" de que los precios se mantengan en negativo durante el 2014. Además insisten en el riesgo de deflación, si el consumo y la demanda interna no repuntan.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com