Sr. Director:
En relación al inmenso dolor que aflige a los familiares de las víctimas inocentes de la masacre de la localidad norteamericana de Newtown, en su mensaje para la próxima Jornada Mundial de la Paz, Benedicto XVI ha puesto el dedo en la llaga de la violencia social.

Señala como objetivo urgente cultivar la pasión por la cultura de la paz en el seno de la familia, cuya vocación natural es promover y defender la vida dentro de su proyecto de educación para el amor.

Y añade que esa necesaria pedagogía de la paz, que de la familia debe extenderse a la escuela, exige claros y válidos referentes morales en la convicción de que el mal se vence con el bien. De ahí que el Papa señale como enemiga de la paz la dictadura del relativismo.

Ahí está el meollo de buena parte de los problemas que afligen a las sociedades avanzadas, que muchas veces prefieren las explicaciones superfluas al esfuerzo por recuperar los valores perdidos.

Suso do Madrid