Ya vencido el siglo XIX, a punto de entrar en la gloria de la vigésima centuria, viajaba en un tren un universitario ilustrado y un anciano. El anciano rezaba el rosario y el joven no pudo por menos que contemplarle con cierta aprehensión. A renglón seguido, le explicó que por qué razón, en lugar de perder el tiempo, no se procuraba formar. Es más, como buen filántropo se ofreció a enviarle libros que contribuyeran a su formación, naturalmente científica. El ya casi anciano aceptó el ofrecimiento y le dio una tarjeta con su dirección. El universitario leyó el hombre del ignorante pietista: "Louis Pasteur" (en la imagen). La historia aclara que el joven pidió perdón al anciano, lo que demuestra que no era un científico del siglo XXI, sólo del siglo XIX según se mira al XX.

Me ha venido a la cabeza la famosa anécdota tras ver la televisión. La pública para ser exactos.

Verán. Cuando yo sea mayor me buscaré un amigo que trabaje en televisión. Entonces él me otorgará la categoría de científico y saldré en la tele y seré muy admirado.

No sé por qué lo dudan. Este lunes en la tele he visto y oído, con reverencia, a uno de esos científicos, casualmente astrónomo, que mirando a través de un telescopio nos explicó la razón de ser de su instituto científico. He aquí los objetivos investigadores: "¿Qué es la vida? ¿Cómo se origino la vida en este planeta?". En este punto nuestro hombre de ciencia nos aclara que "ya conocemos varios escalones pero nos faltan algunos". El tercer objetivo consistía en saber si había vida en otros planetas". Y todo ello, oiga usted, desde Torrejón de Ardoz, provincia de Madrid.

Mire usted, señor científico, sin duda se puede llegar a saber el origen de la vida y de la creación. Es más, se puede demostrar que Dios existe e incluso se puede mostrar, pero no lo puede demostrar la ciencia. El método empírico es tan limitado que no puede demostrar ni la fe ni el ateísmo. Sólo lo que se ve y se toca, pero eso no da ni tan siquiera para saber por qué existe lo que se ve y se toca.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com

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