Sr. Director:
La opinión pública contempla el pacto sobre las pensiones con justificado escepticismo, con mayor motivo si la firma tiene lugar el mismo día en que nos dan los peores datos posibles sobre el paro.

 

Más allá del sentido de la responsabilidad de la oposición y de los empresarios para asumir medidas urgentes, lo cierto es que el problema de las pensiones no se reduce a gestionar razonablemente la escasez. Dicho de otro modo, la creación de empleo es la única garantía para el mantenimiento del sistema a medio y largo plazo. Por eso, mientras España siga a la cabeza de todas las estadísticas en materia de paro, lo único que cabe es poner parches para salir del paso, aunque el producto se venda envuelto en una foto de consenso que -a estas alturas- sólo engaña a los que están convencidos de antemano.

Una y otra vez, Rodríguez Zapatero pretende ganar tiempo y maquillar su desastrosa gestión económica. Ahora se trata de mostrar las aparentes bondades de un reformismo tardío y desarrollado por mero oportunismo. De momento, parece que el objetivo era doble: quedar bien con Angela Merkel ante su visita del día siguiente y cerrar las heridas de una izquierda dispersa y fragmentada.

Los sindicatos salvan el tipo, aunque ceden en lo esencial a cambio de algunas compensaciones de alcance limitado. Este Gobierno continúa sin generar confianza ni poner en marcha las políticas imprescindibles para facilitar la creación de empleo. Todo su esfuerzo, incluidas las negociaciones al máximo nivel, se concentra en aparentar éxitos ficticios que no servirán de nada una vez pasado el primer impacto mediático.

Suso do Madrid