Sr. Director:

La santidad que hemos celebrado en los dos primeros días del mes de Noviembre nada tiene que ver con la noche del terror del Halloween y otras propuestas al uso, que cuando perdieron el sentido y su origen cristiano, terminaron deslizándose por la pendiente de la oscuridad y lo grotesco.

 

Ante la fealdad, la propuesta de belleza cristiana se manifiesta con toda su luz en estos días. En ella encontramos las respuestas a los grandes interrogantes de la vida; las respuestas que invitan más a pensar que a evadirse, y que lejos de ser un disfraz que ponerse durante unas horas, sirven para disfrutar durante toda la vida.

JD Mez Madrid